Devocional Diario
Pan Diario
Lectura Biblica Diaria

Firmes Verdaderamente


Vigilen; estén firmes en la fe; sean valientes y esfuércense.
1 Corintios 16:13


¿Alguna vez nos ha pasado que llegamos a nuestra iglesia a escuchar La Palabra de Dios como cualquier persona escucharía una interesante historia, siendo simples receptores?, posiblemente la respuesta sea “si”.  Y si profundizamos un poco sobre nuestras intenciones cuando escuchamos con un corazón crítico llenándonos de conocimiento y sin la intensión de aplicar lo que Dios nos habla, sin intención de poner por practica a corto plazo el conocimiento que vamos acumulando.

Los cristianos estamos viviendo tiempos en los cuales somos siendo atraídos por congresos, eventos, conciertos de alabanzas y muchas actividades en las cuales queremos estar, o nos encontramos visitando una serie de iglesias, sin darnos cuenta que en muchas ocasiones nuestro corazón puede estar desviado en un simple consumismo; en el cual, no estamos llegando a conocer más a Dios, sino solamente ganamos conocimiento porque estamos dejando que nuestro corazón busque satisfacción y plenitud en lugares incorrectos. Por tanto, el problema no está realmente en las iglesia, en el congreso o en el evento al que asistamos, sino por el contrario el problema radica en nosotros porque podemos estar sirviendo al “Yo”, un ídolo al cual le damos todo lo que nos pide, y llegamos hasta postrarnos y adorarlo, cuando al único que tenemos que escuchar y obedecer es a Dios.

Es por eso que el mundo de hoy vive engañado en grande proporciones como nunca, se acepta como verdad aquello que es mentira, como bondad aquello que al final causará consecuencias en la vida de las personas.

La astucia del mal es disfrazarse de luz, confundirse entre buenas intenciones y aparente bondad, camuflarse en verdades a medias y no ser notado a simple vista.

Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.  2 Corintios 11:14

Es por eso que todos aquellos que creemos en Jesús y sus principios, debemos hoy más que nunca estar firmes, verdaderamente firmes y vigilando para no dejar que nuestro corazón sea desviado del blanco perfecto

Es momento, no de marcar una diferencia, sino de buscar a Dios de forma diferente, es momento de dejar tomar el control al Espíritu Santo para que Él pueda llevarnos a conocer verdaderamente a Dios, de la forma que Él quiere que lo hagamos.

Definición De Mi Futuro


¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó? Lamentaciones 3:37

Cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.
Santiago 4:14-15


Nuestro futuro no lo definen las circunstancias, ni nuestros limitados esfuerzos, sino lo que Dios dice, porque tal como Él lo dice, así se hará. Sus promesas escritas en la Biblia definen nuestra vida y futuro, por esto debemos acudir a ellas como un gran tesoro que podemos tomar en todo tiempo. Ir a buscar  en la Palabra de Dios debe ser nuestra prioridad y no algo como un acto religioso, sino estudiarla con atención y creer en cada promesa, pues esto es lo que determina nuestra vida: mi fe en las promesas dadas por Dios y no por lo difícil que esté la situación o lo que me está pasando, sino lo que confío fielmente y esto no solo implica el hecho de creer, sino también obedecer.

Entonces, debo tomar las promesas de Dios, aceptarlas, confiar en ellas, y sobretodo obedecerlas; pues el que las dice no falla, no cambia, es fiel; esto se hará en mi vida y será mi futuro.

Hoy esta promesa es para ti:

Porque yo sé los planes que tengo acerca de ustedes, dice el SEÑOR, planes de bienestar y no de mal, para darles porvenir y esperanza. Jeremías 29:11

Dios tiene un plan para tu vida y lo cumplirá, sigue trabajando, estudiando, luchando, alabando a Dios y que sea para su gloria y para su honra, para su servicio y para que Él sea conocido en un mundo que ya no lo quiere conocer, pero lo necesita hoy más que nunca.

Consuelo y Dirección

Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.
Hechos 17:11
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien
Josué 1:8


Cuando estemos en momentos de profunda crisis, o estemos angustiados, cuando las cosas no salen como esperamos y nos encontremos desconsolados y sin dirección, siempre hay una Palabra de verdad que nos da la garantía de lo que esperamos, la convicción de lo que no vemos y que llegará en el momento preciso, a transformar nuestra situación o a darnos la fuerza para resistir el momento amargo.

La Palabra de Dios actúa sobrenaturalmente en nuestra vida. No somos los mismos, luego de que hemos escudriñado la escritura de Dios con ansias de encontrar las respuestas que buscamos, pues es el único libro que tiene la respuesta correcta a las dudas existenciales más profundas que tenemos. Ya sea soledad, dolor, cansancio, desánimo o cualquier situación que está pasando en tu interior, la Palabra de Dios da el entendimiento para salir del encierro profundo y junto con la oración podemos tener la confianza de que Dios actuará poderosamente, porque es su naturaleza; para Él “nada es imposible”

Porque nada hay imposible para Dios. Lucas 1:37

Acudamos a la escritura en todo tiempo y sin dudar, para hallar el adecuado consuelo, dirección y valor para enfrentar las dificultades; o cuando sufrimos, pues Dios nos ayuda para que así mismo podamos ayudar a otros que sufren o tienen problemas.

3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,
4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.
2 Corintios 1:3-4

Avanzando

Sigamos avanzando!

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
2 Timoteo 3:16-17

La Biblia también nos dice que el estudio de la escritura debe ser prioridad en nuestra vida, ya que nos hace más sabios, nos muestran la evidencia de nuestra salvación por medio Jesús, nos muestra argumentos que derriban mentiras y nos revelan la verdad que nos da vida eterna.

Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí
Juan 5:39

La escritura permite ajustar mi pensamiento y mi comportamiento a los principios bíblicos, corrigiendo muchos comportamientos que derivan de la falta de identidad y de conocimiento, ya que la Palabra de Dios nos muestra cómo debemos guiarnos y es necesario conocerla.

Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan 8:32

Si comparamos el estudio de alguna ciencia, como la física o la matemática, o la literatura o la historia, al inicio ignorábamos muchos principios sólidos de ellas y por esto no podíamos entender muchas cosas, cuando niños nos fueron enseñando proporcionalmente a nuestro crecimiento hasta que poco a poco hemos avanzando y expandido nuestro intelecto, lo que ha permitido que no seamos fácilmente engañados frente a una información falsa, que nos podría fácilmente llevar a tomar decisiones equivocadas.

Aunque hay un nivel de comprensión Bíblico superior que nos da el Espíritu de Dios, más allá del intelecto, podemos y debemos estudiar la Palabra para interpretarla con mayor precisión (2 Timoteo 2:15), porque hay una forma correcta de interpretar la Biblia y otra incorrecta.

Si un principio correctamente interpretado me lleva a la libertad, a la bendición, un principio mal interpretado me puede llevar al error, a la esclavitud. Por esto debemos acudir a una iglesia local, a un estudio teológico serio, pidiendo a Dios la dirección de su Santo Espíritu, y persistir creciendo en el conocimiento de Dios.

Es la profesión más importante, en la cual todos estamos llamados a ser verdaderos profesionales, y es nuestra profesión de fe. Recordemos que:

La exposición de tus palabras imparte luz; da entendimiento a los sencillos. Salmo 119:130

y que “La ley del Dios es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del SEÑOR es seguro, que hace sabio al sencillo.” (Salmo 19:7), así que no nos quedemos en el nivel que estamos, sino que avancemos en el conocimiento de Dios por medio de su Palabra y oración.

Silencio

La Sabiduría del Silencio

Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo impuso; Ponga su boca en el polvo, por si aún hay esperanza; Dé la mejilla al que le hiere, y sea colmado de afrentas. Porque el Señor no desecha para siempre,
Lamentaciones 3:28-31

Siempre que pasemos situaciones, es mejor buscar la serenidad para escuchar a Dios, el ruido que produce el mundo actual con sus afanes, o alguna situación dolorosa, no nos permite que escuchemos claramente cuando Dios se dirige a nosotros y nos habla. Aún nuestro pensamiento se llena de ruido y no sabemos qué hacer, así que en este momento hay que hacer una parada de emergencia, buscar en la intimidad con Dios, en silencio, la sabiduría que requerimos para tomar decisiones.

Nuestras vidas pueden tener muchas variantes, por ejemplo, ante una ofensa, se nos presiona a responder rápidamente lo primero que encontremos, pero lo prudente es callar, como dice el proverbio:

“Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; El que cierra sus labios es entendido.” (Proverbios 17:28).

Si no hacemos así, quedamos expuestos a nuestras emociones y a ser influenciados para reaccionar de manera equivocada, llegamos a ofender, a pecar y a hacer que las cosas se tornen peor.

Cuánta sabiduría hay en el silencio, en meditar en su Palabra, para encontrar allí la respuesta correcta, que corte de raíz cualquier problema o que nos lleve por el camino correcto.Pidamos a Dios esa sabiduría para controlar nuestras reacciones, y asi para que pongamos en práctica que:

“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.”(Proverbios 16:32)

DiosAbreCaminos

Dios Abre Camino En El Desierto

 

Isaías 43:19
He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? otra vez abriré camino en el desierto , y ríos en la soledad.

Isaías 41:10
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

 

La fe proviene de escuchar la Palabra de Dios cuando las circunstancias que vivimos parecen cuestionar y desacreditar la verdad de sus promesas. Nuestra habilidad de perseverar como hijos de Dios hasta el final, dependerá de nuestra disposición para dejar que su Santo Espíritu cultive en nosotros la fe. Debemos creer que el Señor es nuestro refugio y el vencerá los temores que nos surjan en tiempo de crisis; comprendamos que la fortaleza espiritual viene de esperar en el Señor, decidir creer en la Palabra de Dios es la fuerza más poderosa que dispondremos siempre, y es así que debemos actuar.

Si hoy nos sentimos desanimados, no nos ocultemos de las adversidades como débiles porque no estamos solos, mas bien respaldémonos en las promesas que Dios ha dado a nuestras vidas. Es en estos momentos de desierto espiritual que necesitamos confiar en Dios, ante situaciones difíciles Dios guiará nuestros pasos, abrirá caminos, nos dará su dirección. Dios ha prometido ser nuestro refugio y fortaleza, Él nos da las fuerzas para continuar luchando y nos da su brazo para sostenernos.

AmorDeDios

Adversidades que nos separan del amor de Dios

El Apóstol Pablo durante su ministerio tuvo que sobrellevar varios episodios difíciles; pero aun sobre cada una de esas adversidades Dios le daba la victoria, pues él mantenía firmemente que no había nada que pudiera hacerlo desistir de no vivir en el amor de Dios. A continuación estudiaremos las diez adversidades posibles que Pablo nos relata en la Biblia:

• Ni la muerte, ni la vida: La muerte es temerosa por ser inevitable y final, pero la vida puede ser temerosa también, dolorosa y difícil. Cristo nos da la esperanza de la vida eterna, una vida duradera y bendecida, vivida en la presencia y el amor de Dios.

• Ni ángeles, ni principados: Nos sorprende ver ángeles en esta lista, porque pensamos de ángeles como mensajeros de Dios. Sin embargo, también hay fuerzas angélicas en contra de Dios. Los que rigen se pueden referir a fuerzas espirituales o terrenales. Pablo nos asegura que, no pueden separarnos del amor de Dios.

• Ni lo presente, ni lo por venir: Nos sorprende no ver cosas pasadas en esta lista, ya que a menudo, gente queda sujeta a las cosas del pasado (sean buenas o malas) y permanece llena de culpabilidad por pecados pasados. Pablo, en cambio, se enfoca en “lo presente” y “lo por venir”, lo que enfrentamos en el presente y los juicios que tememos en el futuro. Las noticias auguran cosas terribles, pero Cristo nos asegura que Dios mueve la historia hacia un fin glorioso para sus hijos.

• Potestades: Pueden ser espirituales o terrenales.

• Ni lo alto, ni lo bajo: Puede referirse a las alturas del espacio y las profundidades del océano, queriendo decir que no tenemos nada que temer de los soles sobre nosotros ni de las fuerzas teutónicas bajo nosotros. O, podría referirse a los altibajos de nuestras emociones, que ni nuestra alegría más grande ni nuestra pena más profunda nos pueden separar del amor de Dios.

• Ni ninguna criatura: Pablo pudo haber hecho una lista interminable. Termina la lista con esta frase general, asegurándonos que nada, absolutamente nada, “nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”

Fé

Aumenta Nuestra Fé

Lucas 17:5
“Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe”

 

1 Reyes 3:5-12
“Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé. Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día. Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir. Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud. Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto. Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú”,

 

Cuando a Salomon se le dio la oportunidad de tener lo que deseara más en el mundo, pidió sabiduría (“corazón entendido”) para poder guiar bien al pueblo y para tomar decisiones correctas. Note que Salomón pidió sabiduría para llevar a cabo su trabajo. No pidió a Dios que hiciera el trabajo por él. No debemos pedir a Dios que haga lo que nosotros podemos hacer. Él siempre hará por nosotros lo que nosotros no podemos hacer, lo que se sale de nuestras manos. Allí es donde se manifiesta su poder sobrenatural. Pero debemos pedir una fe más profunda y con oraciones sencillas que toquen su corazón. A Dios le agrada escucharnos orar. Dios no exige palabras elaboradas, ni frases rebuscadas. Dios quiere hablar de nuestras necesidades y nuestros deseos.

Una oración sencilla es lo que más importa, pues Dios desea responder a nuestras peticiones.

 

 

En que debo esforzarme?

Durante todo este tiempo que hemos seguido a Jesús, posiblemente nos habremos cuestionado de esta manera ¿Por qué soy así? ¿Por qué reacciono de esta forma? ¿Por qué no puedo cambiar? Esas son algunas de las preguntas que muchos nos hemos hecho constantemente.

Ver nuestra vida como una lista de cosas que puedo y no puedo hacer, afecta directamente nuestra percepción sobre nuestras circunstancias. Nos esforzamos por dejar de hacer las cosas “ que se ven mal” e intentamos hacer todo lo que nos identificaría como “una buena persona” o “un buen cristiano”. Todos podemos fácilmente pensar que comportarse de esta forma es correcta, pero desde hace muy poco tiempo el Espiritu Santo me he hecho entender algo mas profundo acerca de la obediencia, ya que no simplemente se trata de solo hacer o no hacer, sino de examinar las motivaciones de mi corazón.

 Para ampliar sobre estas motivaciones, es necesario que podamos examinar aquellos posibles idolos levantados en nuestros corazones. Identificar nuestros ídolos suele ser difícil porque pensamos que “no son cosas malas”, pero la realidad es que, cuanto mejores son… más probable es que puedan suplir nuestras necesidades y anhelos más profundos; anhelos que luego olvidamos que solo Dios puede satisfacer.

I Juan 5:21
Queridos hijos, apártense de los ídolos.

Un ejemplo es el amor, que con mucha facilidad podemos convertir en un dios falso cuando las exigencias de este superan lo correcto. Somos como Jacob, quien nunca disfrutó el amor de su padre, perdió el amor de su madre, e ignoró por completo el cuidado y el amor de parte de Dios. Él contempló a una hermosa mujer y probablemente pensó: “Si la tuviera, por fin algo saldría bien en mi vida”. Todas sus esperanzas estaban puestas en una mujer falible e imperfecta. Ella se volvió un ídolo en su vida.

Otro ejemplo práctico es el amor por el dinero, cuando queremos tener mucho dinero para controlar las cosas de este mundo, quiere decir que buscamos la seguridad en esta vida y no tenemos la vista en la eternidad junto a Jesús.

Lucas 16:13-15
13 »Ningún siervo puede servir a dos señores, porque odiará al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.»
14 Oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él.
15 Entonces les dijo: «Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones, pues lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.

Vemos la historia de Zaqueo, que era materialmente rico, pero estaba en una bancarrota espiritual. Jesús derramó sobre él gratuitamente riquezas espirituales, y Dios transformó su actitud. Los frutos de ese entendimiento  y de la salvación que solo Dios puede dar, se vieron reflejados en sus prácticas puesto que el dinero ya no controlaba su vida.

Todo aquello que no sea el propio Dios, es un dios falso; por lo tanto, los ídolos no sólo adoptan una forma individual; también pueden ser colectivos y sistémicos.

Podemos crear un ídolo de las doctrinas, el éxito en el ministerio, la cantidad de discípulos, y de la rectitud moral. Esto conduce a la arrogancia y al actuar como fariseos, oprimiendo a todos aquellos que no “son como nosotros”. Un buen ejemplo de esto es Jonás. ¿Por qué huyó? Porque anhelaba el éxito en su ministerio más de lo que quería obedecer a Dios. Jonás era moralmente arrogante y se sentía superior a los ninivitas.

En conclusión, podemos conocer el amor de Dios intelectualmente, pero si no lo atesoramos y meditamos en Él constantemente, nuestros corazones no estarán siendo renovados para que Cristo sea nuestra única prioridad. Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres!

Cómo dar y recibir exhortación

1 Tesalonicenses 5.12-1512 Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan;
13 y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros.
14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.
15 Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos.

Por lo general nosotros los cristianos estamos más dispuestos a recibir instrucción de nuestros pastores que de otros miembros de la iglesia. Sin embargo, la lectura anterior nos dá algunos consejos acerca del funcionamiento de una iglesia.

La Biblia nos enseña que apreciemos y estimulemos a nuestros líderes. Nuestros pastores son quienes nos alimentan con la Palabra de Dios y cuidan de nuestra salud y crecimiento espiritual.

Pero ese pasaje describe también las responsabilidades que tenemos de amonestar, animar y ayudarnos unos a otros en la iglesia. No somos y no debemos ser solo espectadores, pues se nos pide que nos ayudemos a crecer en la fe. Por lo tanto, consideremos algunas maneras de hacerlo:

Ver la presencia de Dios en medio de las dificultades. Cuando nos unimos a nuestros hermanos en la fe, podemos ayudarlos a desviar su enfoque de sus circunstancias y comenzar a ver sus pruebas como oportunidades para ser moldeados, para crecer y para descubrir lo que el Señor desee.

Involucrarse personalmente. La mejor manera de recibir exhortación es a través de encuentros cara a cara que permitan que la otra persona vea nuestra atención y preocupación. Además, al observar las reacciones, el discernimiento nos ayuda a entender los problemas y a percibir qué principios bíblicos aplicar.

Estar dispuestos a aprender. Al ayudar a otros a madurar, también debemos estar dispuestos a hacer cambios en nuestra vida, porque no podemos transmitir sabiduría a otros a menos que la persigamos nosotros mismos.

Puesto que nos han sido confiadas tales responsabilidades, debemos basarnos en la verdad de la Palabra para guiar a otros con sabiduría, sin olvidar hacer uso de la humildad que debe caracterizar a los hijos de Dios.