¿Estas menospreciando a Dios?
17 Pero aún volvieron a pecar contra él, Rebelándose contra el Altísimo en el desierto;
18 Pues tentaron a Dios en su corazón, Pidiendo comida a su gusto.
19 Y hablaron contra Dios, Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto?
20 He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, Y torrentes inundaron la tierra; ¿Podrá dar también pan? ¿Dispondrá carne para su pueblo?
Salmo 78:17:20
En la lectura anterior encontramos la comparación entre dos actitudes: La de Dios y la del pueblo. Recordemos como Israel estaba esclavo en Egipto y todos los padecimientos que sufría, de cómo clamaban por su liberación. Dios a su tiempo actúa y a través de Moisés los libera; y no solo eso, lo hace con mano poderosa, demostrando su poder ilimitado mediante milagros asombrosos.
En su contraparte Egipto, era la nación más poderosa del planeta, pero esta al igual que su rey son doblegados por la Soberanía de Dios y permiten que Israel salga de Egipto a la tierra prometida. Sin embargo, la manifestación de la fidelidad de Dios no se detuvo allí. Apenas habían salido se encuentran cercados por el Mar Rojo, y Dios nuevamente actúa con un milagro para que el pueblo pasara sobre tierra seca, entre dos paredes de agua, y poder escapar del ejército de Faraón. Y las mismas paredes de agua que a ellos los dejaron pasar, fueron las que ahogaron a todo el ejército que los estaba persiguiendo.
Luego, unos pasos más adelante, el pueblo tiene sed, el desierto es inclemente y consume. ¿De dónde sacar agua para más de dos millones de personas con sus animales? Dios vuelve a mostrar su fidelidad y les da agua.
Este es el poder y el gran amor de Dios. Pero el pueblo volvió a pecar contra Dios. No habían pasado ni diez días y ya estaban quejándose, criticando, murmurando y pecando. No tuvieron memoria y no tuvieron conciencia de quien es Dios.
En nuestra avanzada sociedad, nosotros volvemos a cometer el mismo error, en otras circunstancias, con otras disculpas, pero hacemos lo mismo. No tenemos memoria de las bendiciones que Dios nos da… Menospreciamos su perdón y la salvación que nos dio en el Calvario… Y volvemos a pecar por no mantenernos firmes en la verdad.
1 !!Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!
2 Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto.
Isaías 30:1-2