Leyendo La Biblia en un año – 16 Mayo 2024
Leyendo La Biblia en 1 año – 16 Mayo 2024
Números 25
Israel acude a Baal-peor
Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab, 2 las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses. 3 Así acudió el pueblo a Baal-peor; y el furor de Jehová se encendió contra Israel. 4 Y Jehová dijo a Moisés: Toma a todos los príncipes del pueblo, y ahórcalos ante Jehová delante del sol, y el ardor de la ira de Jehová se apartará de Israel. 5 Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: Matad cada uno a aquellos de los vuestros que se han juntado con Baal-peor.
6 Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una madianita a sus hermanos, a ojos de Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, mientras lloraban ellos a la puerta del tabernáculo de reunión. 7 Y lo vio Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, y se levantó de en medio de la congregación, y tomó una lanza en su mano; 8 y fue tras el varón de Israel a la tienda, y los alanceó a ambos, al varón de Israel, y a la mujer por su vientre. Y cesó la mortandad de los hijos de Israel. 9 Y murieron de aquella mortandad veinticuatro mil.
10 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: 11 Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos; por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel. 12 Por tanto diles: He aquí yo establezco mi pacto de paz con él; 13 y tendrá él, y su descendencia después de él, el pacto del sacerdocio perpetuo, por cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel.
14 Y el nombre del varón que fue muerto con la madianita era Zimri hijo de Salu, jefe de una familia de la tribu de Simeón. 15 Y el nombre de la mujer madianita muerta era Cozbi hija de Zur, príncipe de pueblos, padre de familia en Madián.
16 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 17 Hostigad a los madianitas, y heridlos, 18 por cuanto ellos os afligieron a vosotros con sus ardides con que os han engañado en lo tocante a Baal-peor, y en lo tocante a Cozbi hija del príncipe de Madián, su hermana, la cual fue muerta el día de la mortandad por causa de Baal-peor.
Salmos 68
El Dios del Sinaí y del santuario
Al músico principal. Salmo de David. Cántico.
1 Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos,
Y huyan de su presencia los que le aborrecen.
2 Como es lanzado el humo, los lanzarás;
Como se derrite la cera delante del fuego,
Así perecerán los impíos delante de Dios.
3 Mas los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios,
Y saltarán de alegría.
4 Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre;
Exaltad al que cabalga sobre los cielos.
JAH es su nombre; alegraos delante de él.
5 Padre de huérfanos y defensor de viudas
Es Dios en su santa morada.
6 Dios hace habitar en familia a los desamparados;
Saca a los cautivos a prosperidad;
Mas los rebeldes habitan en tierra seca.
7 Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo,
Cuando anduviste por el desierto, Selah
8 La tierra tembló;
También destilaron los cielos ante la presencia de Dios;
Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.
9 Abundante lluvia esparciste, oh Dios;
A tu heredad exhausta tú la reanimaste.
10 Los que son de tu grey han morado en ella;
Por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.
11 El Señor daba palabra;
Había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas.
12 Huyeron, huyeron reyes de ejércitos,
Y las que se quedaban en casa repartían los despojos.
13 Bien que fuisteis echados entre los tiestos,
Seréis como alas de paloma cubiertas de plata,
Y sus plumas con amarillez de oro.
14 Cuando esparció el Omnipotente los reyes allí,
Fue como si hubiese nevado en el monte Salmón.
15 Monte de Dios es el monte de Basán;
Monte alto el de Basán.
16 ¿Por qué observáis, oh montes altos,
Al monte que deseó Dios para su morada?
Ciertamente Jehová habitará en él para siempre.
17 Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares;
El Señor viene del Sinaí a su santuario.
18 Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad,
Tomaste dones para los hombres,
Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.
19 Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios
El Dios de nuestra salvación. Selah
20 Dios, nuestro Dios ha de salvarnos,
Y de Jehová el Señor es el librar de la muerte.
21 Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos,
La testa cabelluda del que camina en sus pecados.
22 El Señor dijo: De Basán te haré volver;
Te haré volver de las profundidades del mar;
23 Porque tu pie se enrojecerá de sangre de tus enemigos,
Y de ella la lengua de tus perros.
24 Vieron tus caminos, oh Dios;
Los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario.
25 Los cantores iban delante, los músicos detrás;
En medio las doncellas con panderos.
26 Bendecid a Dios en las congregaciones;
Al Señor, vosotros de la estirpe de Israel.
27 Allí estaba el joven Benjamín, señoreador de ellos,
Los príncipes de Judá en su congregación,
Los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.
28 Tu Dios ha ordenado tu fuerza;
Confirma, oh Dios, lo que has hecho para nosotros.
29 Por razón de tu templo en Jerusalén
Los reyes te ofrecerán dones.
30 Reprime la reunión de gentes armadas,
La multitud de toros con los becerros de los pueblos,
Hasta que todos se sometan con sus piezas de plata;
Esparce a los pueblos que se complacen en la guerra.
31 Vendrán príncipes de Egipto;
Etiopía se apresurará a extender sus manos hacia Dios.
32 Reinos de la tierra, cantad a Dios,
Cantad al Señor; Selah
33 Al que cabalga sobre los cielos de los cielos, que son desde la antigüedad;
He aquí dará su voz, poderosa voz.
34 Atribuid poder a Dios;
Sobre Israel es su magnificencia,
Y su poder está en los cielos.
35 Temible eres, oh Dios, desde tus santuarios;
El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo.
Bendito sea Dios.
Isaías 15
Profecía sobre Moab
1 Profecía sobre Moab. Cierto, de noche fue destruida Ar de Moab, puesta en silencio. Cierto, de noche fue destruida Kir de Moab, reducida a silencio. 2 Subió a Bayit y a Dibón, lugares altos, a llorar; sobre Nebo y sobre Medeba aullará Moab; toda cabeza de ella será rapada, y toda barba rasurada. 3 Se ceñirán de cilicio en sus calles; en sus terrados y en sus plazas aullarán todos, deshaciéndose en llanto. 4 Hesbón y Eleale gritarán, hasta Jahaza se oirá su voz; por lo que aullarán los guerreros de Moab, se lamentará el alma de cada uno dentro de él. 5 Mi corazón dará gritos por Moab; sus fugitivos huirán hasta Zoar, como novilla de tres años. Por la cuesta de Luhit subirán llorando, y levantarán grito de quebrantamiento por el camino de Horonaim. 6 Las aguas de Nimrim serán consumidas, y se secará la hierba, se marchitarán los retoños, todo verdor perecerá. 7 Por tanto, las riquezas que habrán adquirido, y las que habrán reservado, las llevarán al torrente de los sauces. 8 Porque el llanto rodeó los límites de Moab; hasta Eglaim llegó su alarido, y hasta Beer-elim su clamor. 9 Y las aguas de Dimón se llenarán de sangre; porque yo traeré sobre Dimón males mayores, leones a los que escaparen de Moab, y a los sobrevivientes de la tierra.
1 Pedro 3
Deberes conyugales
1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa. 3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. 5 Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; 6 como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.
7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
Una buena conciencia
8 Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; 9 no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición. 10 Porque:
El que quiere amar la vida
Y ver días buenos,
Refrene su lengua de mal,
Y sus labios no hablen engaño;
11 Apártese del mal, y haga el bien;
Busque la paz, y sígala.
12 Porque los ojos del Señor están sobre los justos,
Y sus oídos atentos a sus oraciones;
Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.
13 ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? 14 Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, 15 sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; 16 teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. 17 Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal. 18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; 19 en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, 20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua. 21 El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo, 22 quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades.
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