Leyendo La Biblia – 16 de Febrero 2024

Leyendo La Biblia – 16 de Febrero 2024


 

Génesis 49

Géneis 49

Profecía de Jacob acerca de sus hijos

  Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros.

Juntaos y oíd, hijos de Jacob,

Y escuchad a vuestro padre Israel.

Rubén, tú eres mi primogénito, mi fortaleza, y el principio de mi vigor;

Principal en dignidad, principal en poder.

Impetuoso como las aguas, no serás el principal,

Por cuanto subiste al lecho de tu padre;

Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado.

Simeón y Leví son hermanos;

Armas de iniquidad sus armas.

En su consejo no entre mi alma,

Ni mi espíritu se junte en su compañía.

Porque en su furor mataron hombres,

Y en su temeridad desjarretaron toros.

Maldito su furor, que fue fiero;

Y su ira, que fue dura.

Yo los apartaré en Jacob,

Y los esparciré en Israel.

Judá, te alabarán tus hermanos;

Tu mano en la cerviz de tus enemigos;

Los hijos de tu padre se inclinarán a ti.

Cachorro de león, Judá;

De la presa subiste, hijo mío.

Se encorvó, se echó como león,

Así como león viejo: ¿quién lo despertará?

10 No será quitado el cetro de Judá,

Ni el legislador de entre sus pies,

Hasta que venga Siloh;

Y a él se congregarán los pueblos.

11 Atando a la vid su pollino,

Y a la cepa el hijo de su asna,

Lavó en el vino su vestido,

Y en la sangre de uvas su manto.

12 Sus ojos, rojos del vino,

Y sus dientes blancos de la leche.

13 Zabulón en puertos de mar habitará;

Será para puerto de naves,

Y su límite hasta Sidón.

14 Isacar, asno fuerte

Que se recuesta entre los apriscos;

15 Y vio que el descanso era bueno, y que la tierra era deleitosa;

Y bajó su hombro para llevar,

Y sirvió en tributo.

16 Dan juzgará a su pueblo,

Como una de las tribus de Israel.

17 Será Dan serpiente junto al camino,

Víbora junto a la senda,

Que muerde los talones del caballo,

Y hace caer hacia atrás al jinete.

18 Tu salvación esperé, oh Jehová.

19 Gad, ejército lo acometerá;

Mas él acometerá al fin.

20 El pan de Aser será substancioso,

Y él dará deleites al rey.

21 Neftalí, cierva suelta,

Que pronunciará dichos hermosos.

22 Rama fructífera es José,

Rama fructífera junto a una fuente,

Cuyos vástagos se extienden sobre el muro.

23 Le causaron amargura,

Le asaetearon,

Y le aborrecieron los arqueros;

24 Mas su arco se mantuvo poderoso,

Y los brazos de sus manos se fortalecieron

Por las manos del Fuerte de Jacob

(Por el nombre del Pastor, la Roca de Israel),

25 Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará,

Por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá

Con bendiciones de los cielos de arriba,

Con bendiciones del abismo que está abajo,

Con bendiciones de los pechos y del vientre.

26 Las bendiciones de tu padre

Fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores;

Hasta el término de los collados eternos

Serán sobre la cabeza de José,

Y sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermanos.

27 Benjamín es lobo arrebatador;

A la mañana comerá la presa,

Y a la tarde repartirá los despojos.

Muerte y sepelio de Jacob

28 Todos estos fueron las doce tribus de Israel, y esto fue lo que su padre les dijo, al bendecirlos; a cada uno por su bendición los bendijo. 29 Les mandó luego, y les dijo: Yo voy a ser reunido con mi pueblo. Sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón el heteo, 30 en la cueva que está en el campo de Macpela, al oriente de Mamre en la tierra de Canaán, la cual compró Abraham con el mismo campo de Efrón el heteo, para heredad de sepultura. 31 Allí sepultaron a Abraham y a Sara su mujer; allí sepultaron a Isaac y a Rebeca su mujer; allí también sepulté yo a Lea. 32 La compra del campo y de la cueva que está en él, fue de los hijos de Het. 33 Y cuando acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió sus pies en la cama, y expiró, y fue reunido con sus padres.

Job 15

Job 15 

 Elifaz reprende a Job

 1  Respondió Elifaz temanita, y dijo:

¿Proferirá el sabio vana sabiduría,

Y llenará su vientre de viento solano?

¿Disputará con palabras inútiles,

Y con razones sin provecho?

Tú también disipas el temor,

Y menoscabas la oración delante de Dios.

Porque tu boca declaró tu iniquidad,

Pues has escogido el hablar de los astutos.

Tu boca te condenará, y no yo;

Y tus labios testificarán contra ti.

¿Naciste tú primero que Adán?

¿O fuiste formado antes que los collados?

¿Oíste tú el secreto de Dios,

Y está limitada a ti la sabiduría?

¿Qué sabes tú que no sepamos?

¿Qué entiendes tú que no se halle en nosotros?

10 Cabezas canas y hombres muy ancianos hay entre nosotros,

Mucho más avanzados en días que tu padre.

11 ¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios,

Y las palabras que con dulzura se te dicen?

12 ¿Por qué tu corazón te aleja,

Y por qué guiñan tus ojos,

13 Para que contra Dios vuelvas tu espíritu,

Y saques tales palabras de tu boca?

14 ¿Qué cosa es el hombre para que sea limpio,

Y para que se justifique el nacido de mujer?

15 He aquí, en sus santos no confía,

Y ni aun los cielos son limpios delante de sus ojos;

16 ¿Cuánto menos el hombre abominable y vil,

Que bebe la iniquidad como agua?

17 Escúchame; yo te mostraré,

Y te contaré lo que he visto;

18 Lo que los sabios nos contaron

De sus padres, y no lo encubrieron;

19 A quienes únicamente fue dada la tierra,

Y no pasó extraño por en medio de ellos.

20 Todos sus días, el impío es atormentado de dolor,

Y el número de sus años está escondido para el violento.

21 Estruendos espantosos hay en sus oídos;

En la prosperidad el asolador vendrá sobre él.

22 Él no cree que volverá de las tinieblas,

Y descubierto está para la espada.

23 Vaga alrededor tras el pan, diciendo: ¿En dónde está?

Sabe que le está preparado día de tinieblas.

24 Tribulación y angustia le turbarán,

Y se esforzarán contra él como un rey dispuesto para la batalla,

25 Por cuanto él extendió su mano contra Dios,

Y se portó con soberbia contra el Todopoderoso.

26 Corrió contra él con cuello erguido,

Con la espesa barrera de sus escudos.

27 Porque la gordura cubrió su rostro,

E hizo pliegues sobre sus ijares;

28 Y habitó las ciudades asoladas,

Las casas inhabitadas,

Que estaban en ruinas.

29 No prosperará, ni durarán sus riquezas,

Ni extenderá por la tierra su hermosura.

30 No escapará de las tinieblas;

La llama secará sus ramas,

Y con el aliento de su boca perecerá.

31 No confíe el iluso en la vanidad,

Porque ella será su recompensa.

32 Él será cortado antes de su tiempo,

Y sus renuevos no reverdecerán.

33 Perderá su agraz como la vid,

Y derramará su flor como el olivo.

34 Porque la congregación de los impíos será asolada,

Y fuego consumirá las tiendas de soborno.

35 Concibieron dolor, dieron a luz iniquidad,

Y en sus entrañas traman engaño.

Lucas 2

Lucas 2

Nacimiento de Jesús

  39 Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

Los ángeles y los pastores

Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. 10 Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. 12 Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. 13 Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:

14 ¡Gloria a Dios en las alturas,

Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

15 Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. 16 Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17 Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. 18 Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. 19 Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20 Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.

Presentación de Jesús en el templo

21 Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre JESÚS, el cual le había sido puesto por el ángel antes que fuese concebido.

22 Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor 23 (como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor), 24 y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos. 25 Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. 26 Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. 27 Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, 28 él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo:

29 Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz,

Conforme a tu palabra;

30 Porque han visto mis ojos tu salvación,

31 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;

32 Luz para revelación a los gentiles,

Y gloria de tu pueblo Israel.

33 Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. 34 Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, este está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha 35 (y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.

36 Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, 37 y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. 38 Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.

El regreso a Nazaret

39 Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40 Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él.

El niño Jesús en el templo

41 Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; 42 y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. 43 Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre. 44 Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; 45 pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. 46 Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. 47 Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. 48 Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. 49 Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? 50 Mas ellos no entendieron las palabras que les habló. 51 Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.

52 Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.

1 Corintios 3

1 Corintios 3 

 Colaboradores de Dios

 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?

¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.

10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. 11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.

16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17 Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.

18 Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. 19 Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos. 20 Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos. 21 Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro: 22 sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro, 23 y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.

 

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