¿Cómo guarda Dios nuestro corazón?
6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4:6-7
El único ser que posee completa paz es Dios, y esto tiene que ver con la seguridad de quien es Él y su soberanía sobre todo el universo. ¿Cómo no podría tener paz Dios, si en el universo no puede pasar nada si El mismo no lo permite? No hay un solo acontecimiento pasado, presente o futuro que no esté auditado y planificado por la mano de Dios. El control exhaustivo y la soberanía de Dios es lo que mantiene todo lo que actualmente a nuestro corto conocimiento, se nos ha permitido conocer, bajo un balance perfecto; todo funcionando de la forma que Dios quiere y como fue diseñado bajo su propósito. Este balance es un ciclo de vida armonioso con toda la creación, los hijos de Dios también somos parte de esta misma voluntad en la que todas sus participantes tienen paz; y una paz que sobrepasa aun nuestro entendimiento.
Los seres humanos por lo general, no sentimos paz, y en la mayoría de situaciones de la vida nos podemos sentir agobiados o confundidos por las decisiones que cotidianamente tenemos que tomar, y al afrontarlas sin tener garantías ni seguridad de los resultados, atrapados dentro de nosotros mismos, tememos por la incertidumbre o confusión; todo es por la consecuencia simple de no escuchar la voz de Dios, porque los seres humanos vivimos en el total desorden, fuera del diseño original de Dios. La Biblia dice: “Dios no es un Dios de desorden, sino de paz”
Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos,
1 Corintios 14:33
Cuando el Apóstol escribió estas palabras de Filipenses 4:6-7 estaba preso y a oscuras, pero Pablo confiaba en Dios para que lo ayudara a sobrevivir. Pablo hablaba de una calma interna, una serenidad del alma, una paz interior nacida de la fe y la confianza plena en Dios.
No importa lo que suceda durante el día ni sus problemas, ni las frustraciones que puedan ocurrir en el trabajo, o con la familia. Mientras todo se desborde alrededor de nosotros, existirá ese centro tranquilo en nuestras vidas, lo cual nos mantendrá avanzando en la dirección correcta. Esta paz que Dios nos provee, guarda nuestro corazón y mente dándonos seguridad contra ataques de la culpabilidad, preocupaciones, temores, confusiones e incertidumbres que amenazan nuestra paz.
Confiar y esperar en nuestro Dios nos garantiza que podemos encontrar y experimentar una paz que nos hace estar tranquilos en medio de los problemas, sabiendo que Dios está obrando y tiene propósito aún en los momentos difíciles que atravesamos. Dios nunca nos dejará solos y está con nosotros siempre tomando control de todo lo que nos pasa.
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Romanos 8:28
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