Vestidos de amor
3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;
4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
Filipenses 2:3-5
La palabra contienda habla de divisiones y pleitos, de discusiones necias, discordias. Peleas, etc.
La humildad verdadera en los hijos de Dios impide que se manifieste vanidad, orgullo, en muchos de los aspectos de nuestra vida. El cristiano revestido de humildad no atrae indebida atención a sí mismo ni a sus aptitudes. La humildad contribuye a que trate a otros con consideración y comprensión. Por tanto, una de las mejores muestras de humildad es cuando realizamos la acción de servir a nuestros hermanos en Cristo.
Todo los hijos de Dios hemos sido comprados por precio, Dios ya nos rescató, ahora somos siervos de Él, en el momento de que lo aceptamos como salvador, pasamos a ser siervos de Él. Somos hijos de Dios, pero no se nos olvide que también somos sus siervos y estamos para servirle.
Si somos observadores podemos denotar que para un verdadero siervo, siempre existe un lugar, siempre es bien recibido por todos; pero por el contrario para una persona conflictiva, muy difícilmente habrá un lugar disponible.
Cuando somos humildes Dios nos ve de forma diferente, Dios en verdad se opone a los altivos, orgullosos, pero da bondad inmerecida a los humildes. El profeta Samuel pensó que Dios había escogido a Eliab para ser rey de la nación y Dios le dijo: “No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” David fue el escogido por Dios, un hombre fiel y humilde.
12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
14 Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
15 Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Colosenses 3:12-17
Los hijos de Dios siempre debemos ser diferentes!
Bendiciones a todos