El Resultado de Juzgar


5 Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos,
6 sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos?
7 Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados?
8 Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos.
9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,
10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
1 Corintios 6 5-11


 

En la porción leída, la Biblia nos describe que los cristianos de Corinto aún eran inmaduros espiritualmente porque se juzgaban entre sí. Este problema tenía la atención de Pablo, y mayormente en que los Corintios presumen ser espirituales, pero buscaban más sus propios derechos personales, dejando a un lado todo lo que habían aprendido hasta el momento sobre Jesús y el bien de los demás,

Los cristianos debemos entender uno de los elementos fundamentales de la espiritualidad: Ama a tu prójimo como a ti mismo, y esto implica que primero estamos llamados a abandonar derechos legítimos; este es el camino que hemos sido llamados a seguir. Al parecer los Corintios no se realizaban esta pregunta: ¿Dónde estaríamos ahora, si Jesús hubiese demandado sus derechos en vez de rendirse sin dudar y de forma voluntaria a ellos? Sin duda que para alcanzar madurez espiritual debemos ceder a nuestros derechos, ese es el compromiso de nuestra Fe para buscar el bien de los demás. Debemos recordar nuestra identidad en Jesús!

 

 

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