Dios lo merece todo!

 


16 Jehová tu Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y decretos; cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma.
17 Has declarado solemnemente hoy que Jehová es tu Dios, y que andarás en sus caminos, y guardarás sus estatutos, sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás su voz.
18 Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos;
19 a fin de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un pueblo santo a Jehová tú Dios, como él ha dicho.
Deuteronomio 26:16-19


 

En los tiempos de Moisés, cuando los sacerdotes se iniciaban en el ministerio, realizaban un acto llamado “consagración”, sobre el cuál declaraban que desde ese momento pertenecían a Dios y se comprometían a obedecerlo.

De la misma forma cuando rendimos nuestra vida a Jesús debemos entender que hemos aceptado consagrarnos a Él. Seguir a Jesús es un proceso dinámico, es una vida de continua obediencia.

El compromiso de seguir a Jesús es renuncia y entrega; implica morir al yo, renunciar a los intereses egoístas que alimentan la carne; es una entrega total, pues somos propiedad de Él, porque nos compró con gran precio: su sangre.

Si queremos que Dios nos use, nos promueva y nos honre, no podemos continuar otorgándole el segundo lugar. Tenemos que comprometernos a cumplir su voluntad, utilizando todos nuestros recursos posibles, como el tiempo, los talentos, los tesoros, nuestro  cuerpo, alma y espíritu, es decir, todo. Dios demanda de nosotros completamente todo! La Biblia dice:

Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
Marcos 12:30


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