¿Cómo orar con más Fe?

¹Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado,
Y no permitiste que mis enemigos se alegraran de mí.
²Jehová Dios mío,
A ti clamé, y me sanaste.
³Oh Jehová, hiciste subir mi alma del Seol;
Me diste vida, para que no descendiese a la sepultura.
⁴Cantad a Jehová, vosotros sus santos,
Y celebrad la memoria de su santidad.
⁵Porque un momento será su ira,
Pero su favor dura toda la vida.
Por la noche durará el lloro,
Y a la mañana vendrá la alegría.
⁶En mi prosperidad dije yo:
No seré jamás conmovido,
⁷Porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste como monte fuerte.
Escondiste tu rostro, fui turbado.
⁸A ti, oh Jehová, clamaré,
Y al Señor suplicaré.
⁹¿Qué provecho hay en mi muerte cuando descienda a la sepultura?
¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?
¹⁰Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí;
Jehová, sé tú mi ayudador.
¹¹Has cambiado mi lamento en baile;
Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
¹²Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado.
Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.
Salmo 30:1-12

Cuando oremos debemos hacerlo siempre y en todo momento, expresando a Dios los deseos que hay en nuestro corazón; aunque La oración no está hecha para que Dios pueda enterarse de lo que necesitamos directamente. La Biblia cita sobre esto el siguiente versículo:

Su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan.
Mateo 6:8

Dios quiere que oremos, porque la oración expresa nuestra confianza en El, y es un medio por el cual nuestra Fé puede aumentar. De igual forma, otro punto importante sobre la oración que nos enseña la Palabra de Dios es
que debemos orar con fe, lo que quiere decir confianza y completa dependencia de Dios.

A través de la Biblia, debemos obtener mucho conocimiento para saber cómo conducirnos en la vida; pero más importante es conocer por medio de ella a Dios mismo. Sin la Biblia no sabríamos quién es Dios ni por qué se interesa en mí.

A través de la Biblia conocemos que somos hijos de Dios; y por tanto, tenemos toda la libertad de pedirle ayuda. También conocemos que Dios nos responderá, que nuestra oración no es unidireccional. Entre más conocemos de Dios por medio de su palabra, los pensamientos de paz y de bien para con nosotros, sus promesas y lo importante que somos para El; es entonces, que al conocer profundamente a nuestro padre, a aquel con el cual hablamos por medio de una oración y sabemos cómo es su comportamiento y actuar, hacemos que nuestra oración sea enriquecida con un mayor nivel de fe, de modo que agradamos mayormente a Dios.

En la lectura anterior se observa que David sabía quién es Dios y que podía pedirle ayuda, también sabía que Dios le respondería; porque en los versículos finales del Salmo, se expresa con un canto de victoria cuando Dios fue su ayuda:

Has cambiado mi lamento en baile;
Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado.
Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.